Agarra el café o las palomitas para leer esta interesante entrevista a una de las grandes profesionales de España de la innovación en la industria energética. Se trata de Patricia Santamaría Prado, la persona responsable del departamento de Innovación de RPow desde otoño de 2023. Una sevillana que tras graduarse en Química en la Universidad de Sevilla, se marchó a Alemania varios años para crecer personal y profesionalmente. “Una experiencia y vivencia que siempre recomiendo”, nos dice.
Se doctoró en Química-Física por la Universidad de Erlangen-Núremberg y desde sus inicios ha trabajado en energías renovables, empezando nada menos que por el desarrollo del receptor solar de la tecnología cilindro parabólica y sus aplicaciones en Schott Solar GmbH y SL y luego en Rioglass Solar SLU.
Además es simpatiquísima y madre de dos niños, según nos cuenta, su labor más apasionante y con los que también ejerce, aún más, de experta en innovación.
En estas líneas nos cuenta los entresijos de su profesión, su valioso análisis del sector de la energía y el almacenamiento térmico (tomen buena nota) y cómo se hacía hueco en un mundo donde, hace años, ella era de las pocas mujeres a varios kilómetros a la redonda.
En la mayoría de los casos, como mujer tenía que luchar mucho más para defender una propuesta frente a otros colaboradores hombres que ya tenían el camino prácticamente hecho.
Patricia Santamaría
¿En qué consiste tu labor en RPow?
Me dedico al desarrollo e innovación de sistemas de almacenamiento de energía térmica (TES). Tengo el privilegio de trabajar en Rpow como directora de innovación y me encargo de coordinar todos los proyectos de I+D+i relacionados con TES, formar consorcios con otras empresas, universidades y centros tecnológicos. También gestiono la explotación de los resultados de las nuevas soluciones propuestas y la propiedad intelectual generada.
Desde Sevilla gestionamos proyectos a nivel regional, nacional en colaboración con otras instituciones y empresas españolas y a nivel internacional, focalizados principalmente en proyectos europeos y con Estados Unidos.
¿A qué desafíos te has enfrentado al liderar proyectos de investigación en RPow y cómo los has superado?
Siempre resulta desafiante la elaboración y presentación de una nueva propuesta de proyecto, como también la total ejecución y la justificación de cara a las autoridades. Hay que coordinar a muchos actores dentro de un consorcio donde cada uno tiene sus particularidades e intereses. ¡Y siempre vamos muy justos de plazos!
También es un reto encontrar los socios adecuados en cada proyecto, que es el primer y fundamental paso para elaborar un proyecto con éxito. Para ello realizamos un trabajo de prospección e identificación de empresas y centros tecnológicos muy minucioso y que requiere cierta pericia, ciertamente. Y en la vertiente de la innovación, el desafío más importante es diseñar soluciones a medida para el usuario final. Es una labor de optimización al milímetro que resulta también muy estimulante.
¿Hacia dónde crees que se encamina el almacenamiento térmico de energía en los próximos años?
Aunque esta tecnología lleva usándose en grandes instalaciones desde hace más de 15 años, su funcionamiento está probado, es fiable y rentable, tiene aún importantes puntos de mejora teniendo en cuenta el objetivo de aumentar su eficiencia y minimizar sus costes. En la actualidad el 74% de la energía demandada por la industria es calor, del cual sólo el 9% procede de energías renovables. La mayor parte de la industria se basa en procesos 24/7 y estos procesos deben ser estables, por lo que no pueden verse afectados por ningún incidente de fallo energético.
Esta demanda constante de energía térmica hace que dependan de fuentes de energía constantes, como las calderas de carbón o gas, por lo que resulta difícil incluir las energías renovables como principales fuentes de energía. Pero tenemos la responsabilidad y el objetivo de reducir estas emisiones de CO2. Por eso decimos que la descarbonización de la industria solo es viable con el almacenamiento energético.
Esto me resulta interesante. ¿Existen más tecnologías eficientes para unir la producción renovable con la industria o la tecnología TES es de momento una de las mejores opciones?
Con el almacenamiento de energía lo importante es satisfacer cada demanda y sus necesidades propias, aplicando el tipo de almacenamiento adecuado y optimizarlo. En nuestro caso, apostamos por el térmico para proyectos a gran escala y principalmente basado en sales fundidas por varias razones y ventajas. Entre ellas, porque la sal es un bien natural y existente, no necesita de grandes y complicados procesos de extracción y producción.
Además, la tecnología TES también proporciona la estabilidad de la red eléctrica. ¿Cómo hacer estable esta red con energías renovables? Se sabe que la producción de energía renovable con sistemas de almacenamiento se puede acomodar a la demanda, asegurando la estabilidad de la red y el suministro de electricidad para cada necesidad. Implantando sistemas de almacenamiento de energía térmica, la electricidad no se desperdiciará, sino que se almacenará cuando las renovables tengan exceso y luego se suministrará de manera óptima cuando la producción de renovables se detenga.
En la actualidad estamos trabajando para que estos sistemas evolucionen y consigan un mayor almacenamiento simplificando procesos de operación y costes. Apostamos por la hibridación de diferentes tecnologías de almacenamiento térmico que se adapten a las necesidades de cada demanda. Apostamos por la circularidad transformando antiguas plantas de carbón en plantas de energía renovable. Y apostamos por la producción de hidrógeno verde en continuo gracias al TES.
Aunque cada vez hay más mujeres en ingeniería, siguen siendo una minoría, especialmente en posiciones de liderazgo como la tuya. ¿Cómo percibes este panorama actualmente y qué avances ves para las nuevas generaciones de mujeres ingenieras?
Como trabajadora de RPow Consulting percibo que hemos avanzado significativamente en la inclusión de mujeres en la ingeniería y la tecnología. Aunque todavía tenemos mucho camino por recorrer, hoy noto una diferencia sustancial al recordar el inicio de mi carrera profesional, cuando participaba en reuniones de dirección en las que era la única mujer en una sala llena de señores enchaquetados. En ciertos ambientes más distendidos, a veces resultaba ser una ventaja, ya que aportabas un punto de vista diferente y eras escuchada. Sin embargo, en la mayoría de los casos, había que luchar mucho más para defender una propuesta frente a otros colaboradores que ya tenían el camino prácticamente hecho. Y no digamos cuando fui madre… El camino se complica aún más.
Sin embargo, la historia y las experiencias nos demuestran que nuestras habilidades se multiplican. Las capacidades de una mujer para ejercer funciones técnicas y de liderazgo son extraordinarias.
¿Eres optimista respecto al futuro en este sentido?
Sí, del todo. Cada vez más mujeres jóvenes están eligiendo carreras técnicas y STEM, y las empresas comienzan a entender que promover la diversidad y la igualdad no es solo una cuestión de justicia, sino una ventaja competitiva. Te aseguro que en RPow Consulting nos esforzamos muy activamente en fomentar la igualdad de oportunidades y sabemos que la diversidad impulsa la innovación. Así que trabajamos para construir un entorno inclusivo donde las mujeres podamos crecer, liderar y marcar la diferencia.
¿Entonces qué consejo le darías a las nuevas generaciones de mujeres ingenieras y técnicas, desde tu experiencia?
Mi consejo para las nuevas generaciones de mujeres ingenieras y técnicas es que sigan persiguiendo sus objetivos con determinación, busquen aliados y mentores que las impulsen y recuerden que su perspectiva es valiosa e imprescindible para el futuro de la ingeniería y nuevas tecnologías. Es nuestra responsabilidad, como líderes, abrir puertas y ser modelos a seguir, demostrando que el liderazgo femenino en este sector no solo es posible, sino esencial.
Para terminar, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en el sector del almacenamiento térmico de energía?
El hecho de que nuestro reto sea la reducción de emisiones de CO₂ en el mundo ya es, de por sí, muy motivador. Si a eso le sumas lo interesante y enriquecedor que resulta el aprendizaje en este sector, tienes la combinación perfecta. Además, es un trabajo que te permite interactuar con otras personas del sector en disciplinas muy diversas. Tenemos la oportunidad de conocer a otros profesionales con las mismas inquietudes, de trabajar con gente con gran experiencia y amplio conocimiento técnico. Al final, todo es un win-win, y eso siempre resulta enriquecedor.
Si además llegas a conocerlos en el ámbito personal y todo fluye, significa que realmente hemos formado un buen equipo de trabajo. Porque, por supuesto, al final lo importante de la tecnología y sus avances son las personas y el equipo humano que hace posible llevar los proyectos a cabo con éxito. Es algo que tengo clarísimo, que hasta en el sector más tecnológico, son las personas las que marcan la diferencia.