Almacenamiento de Energía en Materiales de Cambio de Fase (PCM)

La tecnología de almacenamiento de energía térmica en materiales de cambio de fase (PCM) representa una solución avanzada y eficiente para gestionar el calor en múltiples aplicaciones. Aprovechando el calor latente generado durante los procesos de cambio de fase, los PCM permiten almacenar y descargar energía térmica de manera gestionada, con alta densidad energética y estabilidad.

Introducción a los Materiales de Cambio de Fase (PCM)

Los materiales de cambio de fase (PCM por sus siglas en inglés) son una tecnología avanzada de almacenamiento térmico que aprovecha los cambios de estado (fundamentalmente de sólido a líquido o de líquido a gas) para acumular y liberar energía en forma de calor latente. Este tipo de almacenamiento térmico es especialmente interesante porque permite almacenar una cantidad significativa de energía en un volumen relativamente pequeño, gracias a la alta densidad energética asociada con los procesos de cambio de fase.

La investigación y desarrollo de los PCM como tecnología para almacenamiento energético ha incrementado los Niveles de Madurez Tecnológica (Technology Readiness Levels en inglés) desde el prototipado (TRL’s 1 – 3) hasta las plantas de demostración (TRL’s 4 – 5)  e incluso demostración en entorno relevante (TRL’ 6-7), a medida que surgía la necesidad de soluciones más específicas para gestionar la energía térmica en diversas aplicaciones. Desde sistemas de climatización en edificios hasta aplicaciones en la industria y el sector energético, los PCM han demostrado ser una aplicación versátil y prometedora.

Su relevancia está creciendo exponencialmente en el contexto de la transición hacia un sistema de energía de cero emisiones netas para 2050 (Net Zero 2050), ya que ofrecen una alternativa eficaz y sostenible para gestionar el calor generado por fuentes renovables como la solar y la eólica, así como para mejorar la eficiencia de procesos industriales. Estos materiales no solo ayudan a reducir las emisiones de carbono, sino que también optimizan el consumo energético al garantizar un uso más eficiente del calor disponible.

Principios de funcionamiento de los PCM

El principio fundamental detrás de los PCM radica en su capacidad para almacenar energía durante el proceso de cambio de fase, ya sea de sólido a líquido o de líquido a gas (y viceversa). Este proceso implica la absorción o liberación de una cantidad significativa de calor, conocida como calor latente, sin que se produzcan cambios en la temperatura del material durante la transición de fase.

Por ejemplo:

  • Durante la fusión (de sólido a líquido), el PCM absorbe calor del entorno mientras mantiene una temperatura constante.
  • Durante la solidificación (de líquido a sólido), el PCM libera esa misma cantidad de calor, devolviéndolo al sistema.

Este ciclo de absorción y liberación de calor se repite indefinidamente, siempre que el PCM no experimente degradación química o mecánica.

Los PCM se seleccionan en función de sus propiedades termodinámicas clave, como:

  • Temperatura de transición de fase: Determina el rango operativo del material.
  • Capacidad de almacenamiento de calor latente: Indica cuánta energía puede almacenar por unidad de masa.
  • Estabilidad térmica y química: Influye en su durabilidad y fiabilidad a lo largo de ciclos repetidos.

La tecnología basada en PCM es ideal para situaciones donde la temperatura debe mantenerse constante durante largos periodos, como en sistemas de climatización o almacenamiento de energía renovable. Este comportamiento único la diferencia de otros métodos de almacenamiento térmico, como los basados en calor sensible (agua o sales fundidas), que dependen únicamente de los cambios de temperatura.

Tipos de materiales de cambio de fase

Los materiales de cambio de fase (PCM) son fundamentales para el almacenamiento térmico de energía, y su versatilidad radica en las diversas composiciones químicas disponibles. Estas se clasifican en tres categorías principales: orgánicos, inorgánicos y compuestos eutécticos, cada uno con características específicas que los hacen más adecuados para diferentes aplicaciones.

– PCM Orgánicos

Los PCM orgánicos incluyen parafinas y ácidos grasos.

  • Ventajas:

    • Alta estabilidad térmica y química.
    • No corrosivos, lo que simplifica su manejo y almacenamiento.
    • Larga vida útil debido a su resistencia a la degradación.
  • Limitaciones:

    • Menor densidad energética en comparación con los inorgánicos.
    • Costes más altos en algunos casos, dependiendo del origen de los materiales.

Los PCM orgánicos son ideales para aplicaciones de energía sostenible, como la climatización en edificios o dispositivos médicos.

 

– PCM Inorgánicos

Compuestos como los hidratos salinos son los PCM inorgánicos más comunes.

  • Ventajas:

    • Alta densidad energética, lo que maximiza la capacidad de almacenamiento térmico en poco espacio.
    • Costes relativamente bajos debido a la disponibilidad de materiales base.
  • Limitaciones:

    • Pueden ser corrosivos, lo que requiere recubrimientos especiales.
    • Riesgo de separación de fases tras ciclos repetidos de cambio de fase.

Los PCM inorgánicos son populares en aplicaciones de almacenamiento de energía renovable a gran escala, como sistemas solares térmicos.

 

– Compuestos Eutécticos

Los eutécticos son mezclas específicas de materiales orgánicos e inorgánicos que ofrecen propiedades mejoradas, como estabilidad térmica y mayor densidad energética.

  • Ventajas:

    • Combina las propiedades más beneficiosas de ambos tipos de PCM.
    • Menor corrosividad en comparación con los inorgánicos.
  • Limitaciones:

    • Investigación y desarrollo costosos para optimizar las mezclas.

Estos PCM avanzados son prometedores para aplicaciones de almacenamiento energético híbrido en dispositivos electrónicos o redes de calor urbanas.

Cada tipo de PCM tiene un nicho único en el almacenamiento térmico, permitiendo que esta tecnología se adapte a un amplio rango de necesidades, desde la generación renovable hasta la climatización de edificios y procesos industriales.

 

Principales aplicaciones de los PCM

Los PCM para almacenamiento energético tienen un rango de aplicaciones clave que abarca desde la generación renovable hasta la mejora de la eficiencia en procesos industriales.

– Uso en la industria energética

En plantas de generación de energía, como las solares térmicas o las plantas de gas, los PCM se utilizan para almacenar el calor generado y liberarlo durante las noches o en condiciones de baja producción eléctrica. Esto permite una producción continua de electricidad, mejorando la estabilidad de la red eléctrica.

– Integración en la edificación y climatización

En el sector de la construcción, los PCM ayudan a regular la temperatura interior de los edificios al absorber el calor durante el día y liberarlo por la noche. Este sistema reduce el consumo energético de los sistemas de calefacción y refrigeración, promoviendo una energía limpia y sostenible en edificaciones.

– Almacenamiento para energías renovables

Los PCM son una solución eficaz para almacenar el exceso de energía de fuentes intermitentes como la eólica o la solar. Su uso permite equilibrar la oferta y la demanda, proporcionando una fuente confiable de energía, incluso durante los periodos de menor producción. Esto refuerza su rol como tecnología clave en la transición hacia energías sostenibles.

Ventajas y limitaciones de los PCM

La tecnología de PCM presenta varias ventajas que la posicionan como una solución destacada en el campo del almacenamiento energético. Sin embargo, también enfrenta desafíos que deben considerarse para su adopción masiva.

– Ventajas

1. Alta densidad energética:
Los PCM almacenan una gran cantidad de energía térmica en un volumen reducido, lo que los hace ideales para aplicaciones compactas.

2. Control de temperatura constante:
Gracias al proceso de cambio de fase, los PCM mantienen temperaturas constantes durante la carga y descarga de energía, una ventaja clave en aplicaciones sensibles al calor.

3. Eficiencia térmica:
Minimiza las pérdidas de energía térmica en comparación con otras tecnologías, promoviendo un uso más eficiente del calor.

4. Versatilidad:
Su adaptabilidad a diferentes rangos de temperatura y escalas de aplicación los hace útiles tanto en la industria como en el sector residencial.

– Limitaciones

1. Costes iniciales elevados:
Los PCM avanzados, especialmente los eutécticos, pueden ser costosos de desarrollar e implementar.

2. Separación de fases:
Algunos materiales, como los inorgánicos, pueden sufrir degradación después de múltiples ciclos de cambio de fase, afectando su rendimiento.

3. Problemas de corrosión:
Los PCM inorgánicos pueden ser corrosivos, requiriendo contenedores especializados para su almacenamiento, lo que aumenta los costes de operación.

A pesar de estas limitaciones, los avances tecnológicos están ayudando a superar muchos de estos desafíos, haciendo que los PCM sean cada vez más viables para una amplia gama de aplicaciones.

Comparativa con otras tecnologías de almacenamiento térmico

Comparar los PCM con otras tecnologías permite comprender sus beneficios únicos dentro del ámbito del almacenamiento de energía térmica.

– Frente al almacenamiento sensible (agua o sales fundidas)

Los PCM destacan por su capacidad de almacenar energía térmica a una temperatura constante, a diferencia de los sistemas de almacenamiento sensible, que dependen de cambios de temperatura para acumular calor. Esto les da una ventaja en términos de estabilidad y rendimiento en aplicaciones específicas. Sin embargo, los sistemas de almacenamiento sensible, como los tanques de sales fundidas, son más económicos para aplicaciones a gran escala, como en plantas termosolares.

– Comparación con almacenamiento termoquímico

El almacenamiento termoquímico ofrece una densidad energética incluso mayor que los PCM, pero requiere procesos más complejos y un desarrollo tecnológico más avanzado. Los PCM, por su parte, son más fáciles de implementar y tienen costes iniciales más bajos, lo que los hace más atractivos para aplicaciones comerciales e industriales actuales.

– Versatilidad y escalabilidad

A diferencia de otras tecnologías, los PCM pueden adaptarse a múltiples escalas y sectores, desde la energía renovable hasta la climatización de edificios. Esta versatilidad los convierte en una opción preferida para aplicaciones descentralizadas y proyectos de pequeña a mediana escala.

En conclusión, aunque otras tecnologías tienen su lugar en el mercado, los PCM ofrecen una combinación única de eficiencia térmica, versatilidad y control de temperatura constante, consolidándolos como una solución clave en el futuro del almacenamiento energético.

Proyectos destacados y casos de éxito

La implementación de materiales de cambio de fase (PCM) en diversos proyectos ha demostrado su viabilidad y eficacia para satisfacer necesidades energéticas en sectores clave. Estos son algunos ejemplos destacados:

– Aplicaciones en la industria

En procesos industriales, los PCM han sido utilizados para recuperar calor residual, permitiendo su reutilización en operaciones como la producción de vapor o el precalentamiento de materiales. Por ejemplo, industrias químicas y metalúrgicas han implementado PCM para reducir su dependencia de fuentes fósiles, promoviendo así la energía sostenible.

– Uso en microrredes y sistemas descentralizados

En comunidades que operan con microrredes, los PCM han sido empleados para almacenar el calor generado por paneles solares térmicos durante el día y liberarlo en las noches frías. Esto no solo mejora el confort térmico, sino que también reduce la necesidad de combustibles fósiles, alineándose con objetivos de energía limpia y baja huella de carbono.

– Integración en dispositivos electrónicos

Los PCM están encontrando aplicaciones innovadoras en la industria tecnológica, especialmente en sistemas de refrigeración pasiva para componentes electrónicos, prolongando su vida útil y mejorando su eficiencia energética.

Estos proyectos destacan cómo los PCM están desempeñando un papel crucial en la transición hacia un modelo energético más sostenible y eficiente.

Perspectivas futuras en materiales de cambio de fase.

El futuro de los materiales de cambio de fase (PCM) está lleno de promesas, impulsado por la creciente necesidad de tecnologías que respalden el almacenamiento de energía renovable y la eficiencia térmica en diversos sectores.

– Innovaciones en materiales y encapsulación

La investigación actual se centra en el desarrollo de PCM con propiedades mejoradas, como:

  • Mayores temperaturas de transición para aplicaciones industriales de alta temperatura.
  • Mejora en la estabilidad térmica para garantizar un rendimiento duradero.
  • Nuevas técnicas de encapsulación que reduzcan la corrosión y eviten la fuga de materiales durante los ciclos de cambio de fase.

– Escalabilidad y adopción en nuevos mercados

Con la reducción de costes y la mejora de tecnologías asociadas, los PCM están empezando a ser adoptados en sectores emergentes, como los vehículos eléctricos, donde podrían usarse para gestionar la temperatura de las baterías, y en sistemas de district heating.

Integración con tecnologías híbridas

Se espera que los PCM se integren cada vez más con otros sistemas de almacenamiento, como baterías y soluciones termoquímicas, para crear tecnologías híbridas que maximicen la flexibilidad y el almacenamiento energético.

A medida que las regulaciones favorecen tecnologías bajas en carbono, los PCM tienen un futuro prometedor en la transición hacia un sistema energético global más limpio.

Proyecto de Almacenamiento Térmico en Materiales de Cambio de Fase de RPow

Un ejemplo destacado de la aplicación de los materiales de cambio de fase (PCM) es el proyecto de RPow de la Planta Piloto de Almacenamiento de Energía Térmica del CIIAE. Este innovador proyecto explora la integración de PCM con diversos sistemas de almacenamiento térmicos, para optimizar el almacenamiento de calor latente, demostrando su viabilidad en escenarios industriales y energéticos. Además, permitirá testear una gran serie de materiales de almacenamiento térmico y varios tipos de reactores diferentes, permitiendo analizar en profundidad su funcionamiento.

La planta piloto no solo valida el potencial de esta tecnología, sino que también sienta las bases para su implementación a mayor escala, alineándose con los objetivos globales de energía limpia y sostenibilidad energética.

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